Por Dunia Orellana
Thirzia Karina Galeas Núñez huyó del país tras denunciar persecución y amenazas contra su vida por agentes del gobierno de Juan Orlando Hernández
Atlanta, Estados Unidos. La periodista hondureña Thirzia Karina Galeas Núñez fue detenida en Georgia, Estados Unidos, al solicitar asilo político después de huir de Honduras por haber sido amenazada y agredida desde el año 2010 por agentes del gobierno de Juan Orlando Hernández (2014- hasta la fecha) y Porfirio Lobo (2010-2014).
La periodista de 34 años está en el centro de detención Stewart, en Lumpkin, Georgia. Galeas, quien se desempeña de manera independiente, ha trabajado en diferentes medios de comunicación, entre los últimos, el diario Conexihon y la organización C-Libre.
Además es investigadora en temas de libertad de expresión, acceso a información pública, asesinatos de periodistas y comunicadores, especialmente en las áreas rurales, entre otros temas.

Honduras, peligroso para los periodistas
Más de 100 periodistas fueron víctimas de múltiples agresiones y violencia en 2020, señala C-Libre en un comunicado.
La institución de defensa de los derechos humanos agrega en el documento que varixs comunicadorxs han sido hostigadxs judicialmente por su labor periodística hasta llegar a la máxima censura con el asesinato ee cuatro: German Vallecillo Jr., Jorge Posas, Luis Almendares y Pedro Canelas.
Estas cifras muestran un patrón preocupante de intimidación y ataques a la prensa.
Thirzia Galeas recibió su primera amenaza durante el gobierno del expresidente Porfirio Lobo. Le sucedió algo parecido en la administración de Juan Orlando Hernández. Mientras hacía las coberturas de las manifestaciones, los gases lacrimógenos le produjeron problemas de salud.
Desde entonces ha tenido que tomar medicamentos por diferentes daños a la salud debido al uso excesivo de la fuerza empleada por las autoridades hondureñas.
En el 2011 Thirzia denunció junto a otrxs periodistas al presidente Lobo por abuso de autoridad, tratos crueles y degradantes durante una protesta realizada el 13 de diciembre de ese mismo año.
En un informe, titulado “Jaula de miedo: abuso y negligencia médica en el Centro de Detención de Stewart”, está basado en las acusaciones presentadas por lxs detenidxs, que en números sin precedentes han denunciado su situación del centro de detenciones en Atlanta publicó la agencia EFE el 12 de mayo.
“Hay casos emblemáticos que demuestran no solamente la negligencia, sino el abuso en general de la gente que está detenida. Personas que tienen situaciones médicas serias tienen que esperar semanas antes de recibir atención”, denunció Valencia, miembro de la junta directiva de Detention Watch Network.
Encerrada, amenazada y sin medicamentos
Galeas fue detenida desde el jueves. Las autoridades migratorias no le han dado los medicamentos que necesita para contrarrestar los problemas de salud que padece a causa de su trabajo periodístico.
La periodista envió un audio a sus familiares donde les informaba que estaba privada de su libertad en una celda pequeña junto con otras personas con COVID-19 y tiene miedo de ser contagiada.
Un agente que trabaja en el gobierno de Hernández amenazó directamente a Galeas y le dijo que su “cabeza tenía precio” por la información que ella ha obtenido en las investigaciones que realiza. También le mostró mensajes donde le mostraba la manera en que la perseguían.
En el mes de noviembre de 2020, Galeas junto con otros colegas entregó ayuda a periodistas afectados por Eta y Iota.
Mientras repartían las ayudas humanitarias, un vehículo conducido por agentes del gobierno de Honduras les dio seguimiento a la periodista y a sus colegas.
Thirzia es becaria del IWMF y ha realizado sus denuncias a C-Libre y Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras (COFADEH).
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