El equipo de la organización de derechos humanos Acción Joven filmó durante dos semanas en cuatro países a las desplazadas hondureñas. El resultado es el impactante documental Que nuestros derechos no migren de nuestros cuerpos
Por Dunia Orellana y Dennis Arita
Fotos de Dunia Orellana
Tegucigalpa, Honduras. Anduvieron durante dos semanas por sitios peligrosos de Tecún Umán, Chiapas, Ciudad de México y Tijuana siguiendo las huellas de las caravanas migrantes.
Tras siete meses de investigación en cuatro países, lxs integrantes de la organización Acción Joven estrenaron el 2 de agosto en YouTube y otras redes sociales el impactante documental Que nuestros derechos no migren de nuestros cuerpos.
El video de 17 minutos y medio de duración cuenta cómo la organización defensora de los derechos sexuales y reproductivos recorrió la ruta migratoria desde Honduras hasta Estados Unidos con el fin de constatar y registrar la manera como el desplazamiento forzado afecta las vidas de cientos de mujeres hondureñas.
El grupo de investigación y el equipo de filmación de Acción Joven atravesaron Honduras, Guatemala y México en su camino a Estados Unidos para conocer de primera mano la experiencia de miles de mujeres que se arriesgan a perder incluso la vida en este peligroso viaje.
“No confían en nadie”, dice Jinna Rosales sobre lxs migrantes que ella y sus compañerxs entrevistaron en la ruta migratoria. “Ya me pueden ver vestida de policía o con un chaleco que diga derechos humanos”.

Muchas de las mujeres migrantes que Acción Joven entrevistó en su recorrido de dos semanas huyeron de Honduras por violencias cometidas por familiares, policías, bandas criminales, pandillas y, en muchos casos, por sus propios maridos.
“Probablemente más del 90% de las migrantes huyen por violencias”, afirma Rosales en el documental.
Historias desgarradoras

“Le decía que iba a ser para él, que iba a ser su mujer”, cuenta una migrante hondureña entrevistada para el documental por Acción Joven en el refugio Casa Frida de Ciudad de México.
La mujer huyó de Honduras por las amenazas de muerte que sufrió cuando un grupo delictivo comenzó a acosar a su hija.
El acosador le dijo a la muchacha que si contaba algo “mataría a sus hermanitos y a su papá”, agrega la migrante. “Ya sabía dónde yo trabajaba. Tengo unos vecinos que pasaron por lo mismo. Cuando la señora decidió denunciarlos, la fueron a matar”.

El relato de esta mujer es solo uno entre docenas de testimonios de mujeres que Acción Joven recogió a lo largo de la ruta migratoria.
“La situación de las mujeres y los cuerpos disidentes desde las violencias interseccionales es crítica”, señala Jinna Rosales. “Las mujeres huyen de Honduras de una violencia sistemática, estatal, comunitaria, barrial, familiar y de pareja”.
La violencia, agrega la directora de Acción Joven, “continúa siendo latente en la ruta migratoria. Estas violencias ponen en mayor riesgo la vida de las mujeres”.

Las migrantes, señala, durante el trayecto migratorio son afectadas constantemente por extorsiones, estafas, violencia y acoso sexual, secuestros, trata de personas, discriminación, explotación laboral y violación de derechos humanos.
“No tengo palabras para describir la supervivencia que ellas adoptan para resguardar sus vidas y la de sus hijos en este fenómeno migratorio”, dijo Rosales.
Expuestas al tráfico sexual

Las entrevistas no solo sirvieron para el impactante documental, sino además para una investigación que en este momento se halla en proceso de finalización.
En el estudio de próxima publicación, Acción Joven presentará un panorama muy completo de cómo viven la migración las mujeres hondureñas, las causas y consecuencias de haber huido de su país debido a las violencias, especialmente la violencia doméstica.
Jinna Rosales y sus compañerxs visitaron a lo largo de la ruta varios albergues como Mi Buen Pastor en Chiapas, Casa Frida y Cafemin en México DF y Casa de Luz en Tijuana.
Las entrevistas con las y los directores de los albergues, como Raúl Caporal y la hermana María Ríos, son una parte destacada del documental.

En el trayecto, el equipo de documentalistas conoció la terrible situación de las desplazadas hondureñas y centroamericanas, quienes se exponen a ser víctimas del tráfico sexual y de drogas.
“Cuando en Chiapas te identifican como hondureña, eso te hace presa para ofrecer trabajos de explotación sexual”, relata Jinna Rosales.
“En Tijuana experimentan mucho con las drogas. Y la población tiende a ser como los conejillos para experimentar las reacciones que tienen estas drogas”.
Les tienden la mano

La llegada del equipo de Acción Joven a los albergues alegró a las desplazadas hondureñas por el solo hecho de que las visitara un grupo de compatriotas.
Las y los investigadores de la organización de derechos humanos creada en 2017 en Tegucigalpa esperan que el documental y la investigación ayuden a los y las desplazadas a no sufrir tanto en la ruta migratoria y no exponerse a los ataques de los traficantes y otro tipo de delincuentes.
Acción Joven pudo ver de cerca en su viaje por la ruta migratoria la falta de apoyo del Estado hondureño a las mujeres que emprenden el peligroso camino al norte.
“Como Acción Joven hemos aprendido que el fenómeno migratorio se debe a un problema estructural y machista, que el Estado debería responder de manera integral y efectiva a las necesidades y demandas de las mujeres”, afirma Jinna Rosales.
“Es evidente la falta del enfoque de género en el sistema estatal. Es importante crear una política integral de seguridad para las hondureñas que podrían migrar y para las retornadas, asignar presupuesto para una implementación eficaz, con la colaboración de las organizaciones de mujeres y jóvenes”.
“Con este estudio estamos brindando herramientas a las compañeras” migrantes, dice la psicóloga de Acción Joven, Naveshna Rovelo.
Para finalizar, Rosales agrega cuál es una de las finalidades de este trabajo investigativo de Acción Joven: “Como seres coherentes y comprometidos con los derechos humanos, lo mínimo que podemos hacer es apoyar para mitigar estos riesgos a los que se exponen las personas, específicamente las mujeres”.