“No más tregua a la traición y a los conservadores”: Xiomara Castro, presidenta de Honduras
Por Kevin Contreras
Tegucigalpa, Honduras. Pese a vivir en una sociedad ultraconservadora, a la población LGBTIQ+ de Honduras por primera vez se le permitió ingresar al Estadio Nacional en una fiesta cívica.
Aun con la enorme campaña de odio que gestaron los grupos antiderechos, la diversidad sexual resistió y se movilizó junto a los sectores sociales, así como toda persona que hace patria en el país.
A partir del golpe de Estado de 2009, donde el pueblo hondureño salió a las calles para recuperar la democracia, la diversidad sexual se unió desde el día cero. Vicky Hernández, mujer trans, fue la primera víctima de la comunidad en ser asesinada por las fuerzas afines a la extrema derecha que gestaron la ruptura constitucional.
Aunque siempre se movilizaron junto al pueblo durante doce años de dictadura, hoy, bajo un gobierno inclusivo, se les permitió que ingresaran a la fiesta del pueblo, que recuperó la democracia, a pesar de los grupos de choque enviados por la oposición.
A partir del golpe de Estado de 2009, donde el pueblo hondureño salió a las calles para recuperar la democracia, la diversidad sexual se unió desde el día cero.
Recibieron agresiones físicas y verbales, pero también la mayoría de los asistentes les recibían con amor y aplausos.
La resiliencia de la población LGBTIQ+ es cada vez más admirable. Cada día se rompen estigmas de lo que se considera “políticamente correcto”.
Pese a las agendas de la iglesia, los medios de comunicación y la derecha convertida en “oposición” están quedando atrás. Las luchas de estos sectores se convierten en irreverencia y resiliencia, las cuales harán que esta sociedad, con un sector de retrógradas, pueda salir adelante.
¡Resistimos y venceremos!