Tres balazos recibió el miembro de la comunidad LGBTIQ+ ceibeña en la colonia Los Maestros. Aunque la ministra de Derechos Humanos, Nathalie Roque, visitó a René en el hospital y se tomó fotos con él, no hubo ninguna gestión de protección inmediata
Por Leonela Paz
La Ceiba, Atlántida. A pocos metros de distancia de su vehículo, René Arnaldo Díaz vio una luz que se acercaba. Su reloj marcaba las 10:30 p. m. Minutos más tarde, tres balazos atravesaron su cuerpo.
El atentado ocurrió en la colonia Los Maestros, La Ceiba, departamento de Atlántida, cuando el miembro de la comunidad LGBTIQ+ llegaba a traer a su amigo, de quien se omite el nombre, para luego trasladarse a la terminal de buses Cristina, donde Arnaldo recibiría a una prima que llegaba desde Tegucigalpa.

El ataque criminal surge tras una serie de amenazas e insultos en redes sociales y el robo de sus pertenencias en su departamento. Díaz fungía como jefe regional de gobernabilidad local de Usaid en La Ceiba. Su trabajo consiste en empoderar comunidades. Es también líder de colectivos juveniles dentro y fuera del país. Además de ser muy activo en Tik Tok, donde expone situaciones personales muy ligadas a las personas diversas.
Noche de horror
En Honduras, por ende en La Ceiba, el narcotráfico, la trata de personas, la violencia de género y la homofobia son propulsores de violencia. Esto ocurre ante la parsimonia de autoridades saturadas y corrompidas. Por consiguiente, sus calles son testigos silenciosos de muchas personas que siguen sin justicia, y la calle 8 fue una de las vías de escape.

“Bajate, maricón”, le gritó el agresor a René Arnaldo Díaz cuando este intentaba terminar de subir el vidrio de su puerta. Mientras tanto, su amigo hacía la misma acción con menos suerte, ya que los nervios lo traicionaron. Al ver esto, el criminal se trasladó al otro lado y apunto con la pistola al conductor. De inmediato, Díaz quiso acelerar y, lejos de eso, la caja de cambio pasó de parqueo a neutral, por lo que a su atacante le dio tiempo de dispararle.
Herido en la pierna, Díaz logró acelerar y tomar la popular calle, dirigiéndose a la terminal de Cristina. Cinco disparos más pasaron cerca de él, uno le impactó en la oreja y le afectó el tímpano. Sin embargo, logró llegar a la terminal, donde mucha gente estaba bajando del bus y eso abrumó al asesino, quien huyó.
Ensangrentado y con toda la fuerza que logró reunir, Díaz buscó a su prima, quien, asustada, tomó el control del automóvil y llevó al joven de 31 años al hospital, donde ha estado interno varias semanas. Allí fue visitado por la ministra de Derechos Humanos, Nathalie Roque. Se tomaron fotos y las publicaron, pero no hubo ninguna gestión de protección inmediata. De hecho, ni siquiera la DPI ha investigado después de tomar las declaraciones. El vehículo no fue retenido como evidencia y la impunidad vuelve a cobrar su protagonismo.
Por su parte, una abogada del Cofadeh estuvo presente para ingresar a Díaz al mecanismo de protección.

Antecedentes: robo y amenazas
Antes del atentado, varias amenazas se han “cuajado” en contra de René Arnaldo Díaz a lo largo de varios años, ya sea por su trabajo comunitario y ser propulsor en la defensa de derechos humanos o por la molestia que causa en Honduras que un hombre de la diversidad se muestre abiertamente en sus redes sociales. Los ataques homofóbicos son constantes. Por otra parte, su lucha por empoderar mujeres y personas LGBTIQ+ provoca anticuerpos entre los más conservadores, machistas y con otros intereses.
A principio del mes de julio, René salió de la ciudad y al regresar encontró la puerta de su apartamento forzada y verificó que le habían hurtado su tableta, un recibo de energía eléctrica y mil lempiras. Antes de eso, personas llegaban a tocarle la puerta del apartamento de manera maliciosa.

La denuncia fue interpuesta en la Policía Nacional, pero nadie investiga, es una negligencia que sigue hasta ahora que Díaz ha sido intervenido en su oído, principalmente, producto de los balazos.
Es importante mencionar que, hace unos años, sufrió otro atentado que le provocó la pérdida de un ojo. Como es costumbre en Honduras, no hay detenidos.
Esta vez, se espera que el mecanismo de protección sea eficiente, que la DPI haga su trabajo y el Estado proteja íntegramente de René Arnaldo Díaz, quien reclama justicia ante un proceso demasiado lento e impune.