“Queremos visibilizar los múltiples discursos de odio, cómo afectan el tejido social y tienen manifestación en hechos y actitudes de las personas”, dijo la representante de la Asociación de ONG de Honduras tras conversatorio inclusivo
Por Eva Galeas
Tegucigalpa, Honduras. Con el fin de defender los derechos humanos en Honduras para contrarrestar los discursos de odio, la Asociación de Organismos no Gubernamentales de Honduras (Asonog), capítulo Tegucigalpa, realizó el conversatorio Por una sociedad más inclusiva.
Los discursos de odio en el país son contantes y vienen desde un ciudadano común hasta el más alto nivel político en Honduras. Por esa razón, la Asonog tomó la iniciativa de impartir un conversatorio con diferentes organizaciones de sociedad civil para que se garanticen derechos inviolables a toda la ciudadanía.
Esta actividad inició en enero de 2023 y está proyectada hasta el 2028. La iniciativa tiene el objetivo de abrir espacios y tejer redes dentro del margen y la defensa de los derechos humanos.
La organización no gubernamental ofrece servicio social solidario no lucrativo y pluralista con presencia en todo el país, con énfasis en las zonas fronterizas de la región occidental.
La Asonog tiene como visión promover el desarrollo sostenible con enfoque de derechos humanos e inclusión social. Además se propone generar cambios políticos legítimos, trasparentes, adaptables, resilientes y sostenibles.
Reportar sin Miedo dio cobertura al conversatorio para conocer de cerca las vicisitudes de las poblaciones que por años han sido excluidas por los gobiernos de Honduras.
La representante de Asonog, Mónica Alexandra Torres, conversó con este medio. Manifestó que con este conversatorio también se pretende conmemorar el Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio. Esa importante fecha se conmemora cada 18 de junio.
“Con esto queremos sensibilizar y visibilizar los múltiples discursos de odio que nos atraviesan a nosotras y cómo nos afectan de manera individual y en colectivo. También cómo afectan el tejido social y la manera en que estos discursos tienen manifestación en hechos y actitudes de las personas”, añadió la también defensora de derechos de mujeres.
La clase política no fue electa por un pueblo para que repliquen discursos de odio, sino para que acompañen a la población y unan esfuerzos por luchas comunes que beneficien a la ciudadanía.
Mónica Alexandra Torres, representante de Asonog
Asimismo, mencionó que las violencias no solo van desde lo verbal. También pueden variar desde la xenofobia, homofobia y la discriminación hasta la invisibilización de problemáticas que azotan a las y los hondureños.
“Hacemos un llamado a visibilizar a las poblaciones. Honduras es una sociedad diversa, intercultural, con múltiples identidades. Cada una de estas identidades es política y tiene que ser reconocida”.
Al preguntarle por los discursos de odio emitidos desde la clase política de Honduras, Torres manifestó que hay personas que se esconden y dicen que solo fueron palabras. Sin embargo, asegura que estos mensajes tienen influencia y los discursos se van trasladando a acciones que pueden ser actitudes misóginas y machistas contra diferentes tipos de personas.
“La clase política no fue electa por un pueblo para que repliquen discursos de odio, sino para que acompañen a la población y unan esfuerzos por luchas comunes que beneficien a la ciudadanía”, mencionó Torres.
Migrantes retornados, dos veces abandonados por el Estado
Al evento también asistió la representante de la Comisión Nacional de Apoyo a Migrantes Retornados con Discapacidad (Comamiredis), Mary Salgado.
Ella es una migrante retornada con discapacidad física que ahora se encarga de proteger los derechos humanos de otros desplazados que han sido devueltos al país.

“Tenemos que hacer un cambio como sociedad porque desde nuestro mundo y perspectiva podemos hacer mucho”, exhortó.
Al mismo tiempo, hizo un llamado a las autoridades a actuar con humanismo y ponerse del lado de los más desprotegidos y de quienes necesitan el apoyo del Estado.
“La respuesta que tenemos del gobierno las organizaciones como la nuestra es muy poca o casi nada. Tampoco hacen nada por apoyar a la población migrante retornada que vive muchas necesidades”, denunció.

A juicio de la defensora de migrantes retornadas, los tomadores de decisiones en el país son personas vacías y sin empatía hacia el prójimo. “Estamos rodeados de personas que, lejos de ayudar, solo fomentan el odio. Las promesas que nos hicieron solo fueron palabras y las palabras se las lleva el viento”.
Ambas entrevistadas coinciden en que Honduras necesita cambios de raíz para poder garantizar los derechos a toda la ciudadanía. Sin embargo, agregan que esos cambios se hagan sin distinción política porque dar el poder a la ciudadanía se hace en parte a través del poder y los discursos, acciones y políticas públicas efectivas.