El terror en Rosewood, Estados Unidos, comenzó en 1923 cuando una mujer blanca denunció que un hombre afroamericano había abusado sexualmente de ella. Los hechos desencadenados dejaron al menos seis personas afroamericanas muertas, pero la cifra es mucho mayor, según los testigos oculares
Por Roberto Mejía
San Pedro Sula, Honduras. Los sucesos en Rosewood, Florida, Estados Unidos, a principios de enero de 1923 desnudan el horror que los pobladores negros sufrieron por el desenfreno racista de la gente blanca.
El terror comenzó cuando una mujer blanca denunció que un hombre afroamericano había abusado sexualmente de ella y la había atacado. Los hechos desencadenados por la denuncia dejaron al menos seis personas muertas, pero la cifra es inadmisible, según los testigos oculares.

Conforme se dio el asedio, los habitantes negros de Rosewood fueron obligados a huir en tren a los pueblos adyacentes, a los bosques y pantanos de las cercanías.
En 1997, el director afroamericano John Singleton lleva a la pantalla grande esta historia titulada Rosewood con la actuación de Jon Voight, Don Cheadle, Ving Rhames, Esther Rolle, Bruce McGill y Michael Rooker.



Si bien el filme de Singleton no recibió apoyo en taquilla, obtuvo críticas muy buenas. Es considerada una de las mejores películas en su género. Don Cheadle le dijo al Los Angeles Times durante la filmación: “Espero que esto inspire a realizar más averiguaciones sobre nuestra historia. Da la impresión de que se está dando un incremento de racismo, xenofobia y discrepancia. Creo que si uno comprende el porqué de las cosas, estará más capacitado para afrontarlo”.
Lo más singular de los eventos de 1923 en Rosewood es que nadie en absoluto fue detenido por la masacre, ya que no hubo investigación alguna.

Sesenta años más tarde, el periodista Gary Moore, del diario St. Petersburg Times, se encontraba cubriendo un reportaje sobre cazadores de caimanes cuando un curioso le comentó si andaba indagando sobre la masacre en el pueblo.
Más que interesado por aquella asombrosa historia, Moore inmediatamente contactó con algunos de los supervivientes, Llegó a realizar un impactante trabajo de investigación de la masacre casi olvidada de Rosewood.


Una vez conocida la historia, el famoso periodista afroamericano Ed Bradley, de la cadena CBS News y presentador del programa de televisión 60 Minutes, introduce en este último parte del relato de la matanza.
Salvados del linchamiento
Gracias a John Wright, comerciante de la localidad, varios pobladores de raza negra de Rosewood pudieron salvar sus vidas del linchamiento. Por esa razón Wright tuvo que suplicar a los agresores que no destruyeran su propiedad.
Oportunamente, la casa de Wright es la única en pie donde una vez existió Rosewood. Ahora se ha convertido en un santuario histórico para los descendientes del pueblo.
En 1994, el parlamento del estado de Florida consintió en aprobar una ley que brindaba indemnizaciones económicas y subvenciones de estudio por dos millones de dólares a los nueve sobrevivientes y descendientes de la masacre.

Con esa suma difícilmente se podría borrar lo sucedido en Rosewood y el derramamiento de sangre inocente. Cabe notar que costó mucho conseguir la compensación.
En 2023 se ha cumplido el centenario de la tragedia. Grupos activistas y descendientes de los fallecidos se reunieron en Rosewood y en la ciudad contigua, Gainesville, para rememorar el aniversario de la masacre y enaltecer la resistencia de los que sobrevivieron a ella.

La masacre de Rosewood es un sombrío recordatorio de la profunda discriminación racial y la violencia que enfrentaban las comunidades afroamericanas en ese momento de la historia de Estados Unidos. También resalta la importancia de abordar y aprender de estos trágicos eventos para avanzar hacia un futuro más justo y equitativo.
“Lo sucedido en Rosewood es una crónica funesta”, expuso Lizzie Robinson Jenkins, quien cuenta con 84 años y es presidenta de la Real Rosewood Foundation, una entidad sin fines de lucro destinada a proteger la historia de lo sucedido en Rosewood.
“Es una parte vergonzosa de la historia. Sin embargo, es algo que todos necesitan y deben escuchar. Me enfadé cuando mi madre me manifestó que tenía que continuar narrando este suceso”, relató Jenkins. “Pero ella dijo: ‘Debes hacerlo’. Actualmente, las personas que están relacionadas con los muertos o supervivientes de aquel hecho siguen padeciendo porque fue simplemente inhumano”.
