He elegido usar el lenguaje inclusivo para todo el texto, ya que este implica no forzar ninguna concepción de género en el lector, y frente a las otras formas como la x o la @, los lectores para personas ciegas sí pueden leerlo correctamente.
Una cosa que me pasa últimamente al conocer a gente nueva es que siempre sale a relucir el tema del lenguaje inclusivo, la interseccionalidad y los derechos humanos y el feminismo. Eso, por supuesto, me da vida, pues es algo de lo que me gusta hablar. Pero luego, al ver que mi posición es diferente a como han sido moldeadas al sistema, estas personas ponen en duda toda su construcción social.
Algunas aprenden y corrigen su imaginario y me agradecen por la información y conocimientos. En cambio, otras tienen demasiado arraigados su machismo, misoginia, LGBTI+fobia interiorizada o externa y soy yo quien tiene que decirles que no, que están equivocados y equivocadas, y esto genera tensión en la comunicación.

Hace aproximadamente dos meses fui invitado a una reunión donde había cervezas y se produjo una tensión con una persona, ya que sacamos los temas anteriormente mencionados. Al final le di un abrazo a la persona con la que tuvimos muchas diferencias de pensamiento, ya que ya era muy tarde y debía regresar al apartamento, y esta persona se lanzó sobre mí, dejándome caer en un sofá y comenzó a tomarme con sus manos del cuello.
All final sigo sin comprender si se molestó porque prácticamente quedó como un idiota ante sus amigos con sus argumentos retrógrados o si en realidad estaba pasado de copas y es de esas personas que cuando beben, buscan pelea.
Esta situación es para mí un proceso muy duro por el que paso prácticamente a diario. Sucede cuando quiero deconstruir un imaginario colectivo erróneo basándome en la formación e ideas que tengo del cómo ser una persona aliada o deconstruida.

Socialmente existe algo llamado “binarismo”, que dice que debes pensar de una manera o de otra: (persona informada y consciente/persona que sigue replicando violencia. Al haber solo dos posibilidades, cuando alguien siente una disconformidad en una plática, surgen estas dudas existenciales de pensamiento, y de ahí se deriva un cambio. Una especie de transición en la que nos vemos obligades a decir de dónde venimos y adónde vamos, basándonos en los estereotipos con que hemos sido construides y el imaginario que estamos empezando a construir.
“Socialmente existe algo llamado binarismo, que dice que debes pensar de una manera o de otra”.
Néstor Hernández
La realidad para mí de lo correctamente aceptado queda bastante alejada de la posición que he decidido tomar en la sociedad en estos últimos años. Esa disonancia que sentimos tiene nombre, “disforia de pensamiento”, y se presenta en tantas formas como sea posible concebir.
El hilo conductor es esta desconexión entre lo que yo pienso y lo que otre piensa, junto con lo que yo pienso y lo que les demás piensan. Entrar a redes sociales y molestarte por las injusticias. Ir al bar con tu amiga y que varios tipos comiencen a acosarla y querer ligarla. Y aquí la vuelta de tuerca donde nos solemos perder todes al principio: las herramientas que usemos para sentirnos más cómodes en nuestro pensamiento (desde simplemente una publicación informativa y educativa en redes sociales a escuchar un podcast donde podamos aprender de diferentes temas).
UNA CUESTIÓN DE RESPETO
Retomo entonces que la realidad para nosotres queda bastante alejada porque cada une necesitamos en un grado diferente modificar nuestro pensamiento, nuestras maneras de actuar ante las injusticias, nuestro propósito en la sociedad. Al final, como dice mi frase favorita, “somos el cambio que queremos ver en el mundo”.
Si somos capaces de dar este paso de la concepción dicotómica de pensamiento a un aspecto más elaborado donde reconocemos que las conductas violentas y discriminatorias no son inherentes a nosotres, que casi todas son preconcebidas como tales porque a la sociedad le beneficiaba diferenciar clara y tajantemente cuál era el lugar de cada persona, sin duda seremos capaces de entender estas injusticias. Y entenderemos en consecuencia que temas como el género se construyen socialmente basándose en estereotipos socialmente aceptados.
Trabajemos no solo en que las personas trans, que se sientan más cómodes expresándose y siendo percibidas como hombres o mujeres, sino todas aquellas personas fuera del binarismo como las personas no binarias y queer.

Para finalizar quiero volver a la violencia de pensamiento una última vez porque es un tema que, aunque desde fuera pueda resultar normal, para mí realmente no lo es. Supone la validación extrema de ambos bandos de pensamiento, el reconocimiento social, recordemos que para hablar de temas sociales debemos tener argumentos en derechos humanos, inclusión social y empatía.