La marcha desarrollada en el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres y Niñas sirvió para que el programa We Lead manifestara que la salud integral de mujeres y niñas es un derecho humano innegociable
Por Luis Vallecillo
Tegucigalpa, Honduras. Con el fin de afirmar la importancia de la salud integral de mujeres y niñas en Honduras, las 14 organizaciones defensoras de los derechos humanos agrupadas en el programa We Lead (Nosotras Lideramos) asistieron al lanzamiento de un estudio sobre derechos reproductivos y a continuación marcharon el lunes pasado por las calles de Tegucigalpa.
El lanzamiento y la marcha tuvieron lugar en el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres y Niñas y sirvieron para manifestar que la salud integral de mujeres y niñas es un derecho humano innegociable.

“Nos estamos dirigiendo al ministro Matheu porque es una prohibición del ministerio”, dijo Ana Ruth García, del Grupo Estratégico por las PAE (GPAE). Argumentó que el grupo no necesita del Congreso Nacional y que el Ejecutivo es “la última opción”.
“Si el ministro Matheu se resiste por sus posiciones fundamentalistas, lo cual lamentamos porque un ministro de salud no debe basarse en sus creencias religiosas, se recusa y sería la viceministra quien puede tomar la decisión, basados en la Constitución de la República, que nos garantiza una educación laica y un Estado laico”, afirmó García.

Honduras continúa relegando la salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas a un plano invisible; especialmente a quienes cruzan otras condiciones e identidades, como mujeres con discapacidades, con VIH, migrantes, afectadas por desplazamiento forzado, lesbianas, bisexuales y trans, quienes son sujetas de derechos, pero que no gozan de los mismos.

“Estamos enfrentando el alza de la violencia contra las niñas y niños, que están siendo violados a diario en el país”, agregó García. “Nos preocupa porque ya la pastilla estaba libre en el país en 1998, cuando el presidente Carlos Roberto Flores la aprobó. Cuando el golpe de Estado de 2009, fue prohibida por los conservadurismos y fundamentalismos que tomaron el poder por la vía del Gobierno de facto”.
El calvario de la mujer hondureña

Las niñas y mujeres se enfrentan a triples barreras para acceder a educación, empleo, atención en salud sexual/reproductiva y están expuestas a violencia sexual dentro y fuera de sus casas, como las mujeres que cruzan la ruta migratoria.
Todas afrontan discriminación, estigma, prejuicio y violencia por su identidad, expresión de género o condición. Ninguna recibe atención especializada y de calidad en salud sexual y reproductiva. Las mujeres con discapacidad y con VIH se exponen a esterilizaciones forzadas en los servicios públicos de salud.

Las titulares de derecho afrontan las consecuencias de la violencia sexual, como embarazos forzados, infecciones de transmisión sexual y fuertes repercusiones en la salud mental, sin que ninguna de estas situaciones sea atendida en el nivel público.
La discriminación es producto de una estructura social y cultural que concibe los cuerpos de las mujeres como únicamente reproductores y a su vez descartables si no siguen una normalidad preestablecida socialmente.
Peligroso ser mujer en Honduras

Aunque Honduras tiene la primera mujer presidenta de su historia, la estructura patriarcal del Estado sigue decidiendo sobre los cuerpos, vidas y salud de las mujeres. Hay voluntad política de un escaso número de personas, pero no están tomando decisiones.
Honduras es uno de los países más peligrosos para ser mujer porque continúan matándolas de manera impune y porque la Secretaría de Salud sigue obviando sus necesidades de salud, manifestó el GPAE en un pronunciamiento.

“La salud integral requiere que el Estado genere condiciones, pero los altos niveles de partos en niñas y adolescentes son solo la punta del iceberg al no enfrentar las causas estructurales de este problema: discriminación, violencia de género, racismo, exclusión social, desigualdad y pobreza”, señaló GPAE.
Además se presentó un estudio hecho en 16 departamentos de Honduras sobre lo que la sociedad hondureña piensa de los derechos y salud sexual y reproductiva de mujeres jóvenes con VIH, con discapacidad, migrantes y/o desplazadas y poblaciones LGBT+.

Según el informe, el 53% por ciento están de acuerdo con que las mujeres lesbianas, bisexuales y trans merecen una vida sexual placentera. El mismo porcentaje opina que las mujeres trans pueden ser madres, el 62% está de acuerdo en la posibilidad de adoptar un niño o niña y un 59% está a favor de la posibilidad de casarse y formar una familia.
En cuanto a mujeres migrantes, se encontró que el 95% deberían recibir atención en salud sexual y reproductiva durante la ruta migratoria y su retorno y el 93% deben tener acceso a la anticoncepción de emergencia para prevenir un embarazo en la ruta migratoria.

En el sector discapacidad se menciona que el 94% están a favor de que las mujeres con discapacidad reciban salud sexual integral y el 79% considera que son capaces de tomar decisiones con respecto a su vida sexual.
Después de las presentaciones y la lectura de pronunciamientos tuvo lugar la marcha exigiendo sus derechos sexuales y reproductivos desde un conocido distrito hotelero en la colonia Palmira hasta la Secretaría de Salud, en el centro de Tegucigalpa.