La migración en tránsito por Honduras se dispara cada día. Las y los desplazados pasan por el país con apenas lo necesario para sobrevivir. Además se exponen a constantes violaciones de derechos humanos
Por Eva Galeas
Fotos de equipo de Reportar Sin Miedo
Videos de Eva Galeas, Ethel Valladares y Andrea Hernández
Tegucigalpa. Honduras pasó de ser expulsor de migrantes a recibir centenares de desplazados en tránsito. Sin embargo, el país carece protocolos de derechos humanos que garanticen la corta estadía humana y solidaria de esta población cuyo único propósito es cruzar las fronteras sin restricciones ni violaciones.
La violencia, la falta de oportunidades, la pobreza extrema y el crimen han llevado a miles de migrantes a buscar un país seguro para ellos y los suyos. Aunque el viaje no es fácil, lo arriesgan todo para salir del país donde no les alcanza ni para su propia comida.
Honduras ha recibido durante más de dos años a las y los migrantes extranjeros. Vienen de Venezuela, Cuba, Haití, Ecuador y otros países de la región donde también viven en condiciones deplorables, con Estados casi fallidos que no les garantizan ni siquiera lo básico a sus ciudadanos.
Pese a que esta crisis migratoria lleva ya su buen tiempo y que en sus inicios las autoridades manifestaron no estar preparadas para darles condiciones humanas a estas personas, a más de dos años la historia continúa siendo la misma. No hay señales de que la situación vaya a cambiar a corto plazo.
Las historias son miles y las familias que abandonan sus países de origen son muchas más. El fenómeno de la migración ya no expulsa sólo a quienes son cabezas de hogar, como lo hacían hace un par de años. Ahora viajan familias enteras en busca de mejores condiciones de vida.
¿Quién los protege a su paso por Honduras?
Con el trauma de haber abandonado su tierra y el dolor de dejar a una madre, hijo, hija, padre y hermanos, los viajeros se exponen en el recorrido migratorio. ¿Su propósito? Avanzar hacia las fronteras más cercanas a su destino. Ninguno de ellos cuenta cosas buenas o que ha realizado un trayecto placentero. Es como si migrar fuera un delito de muerte.
Los viajeros de paso por Honduras han tenido que pagar tarifas inhumanas en el sector transporte. También han sufrido asaltos y extorsiones de elementos policiales, cobros sobrevalorados en las oficinas de migración en las fronteras. La situación hoy por hoy sigue siendo la misma. Las violaciones continúan sin que las autoridades competentes le presten atención. Lejos de eso, se han coludido para sacar provecho de la crisis humanitaria.
Reportar Sin Miedo dialogó con una migrante venezolana quien prefirió que se le nombrara Ana. Se encontraba debajo de un puente en una noche fría en la capital hondureña, arrullando a sus dos hijos, protegiéndolos y dándoles calor. Ana cuenta que emigró con ellos debido a la violencia y la pobreza que vive en aquel país.
“Aquí estoy pidiendo ayuda desde las tres de la tarde que llegué de Danlí, haciendo algo de dinerito para poder continuar hasta la frontera”. Sus hijos, de uno y tres años, llenos de inocencia y con los ojos cansados de todo el camino, la ven ignorándolo todo, como si quisieran gritar en busca de auxilio.
Ana le comentó a este medio que fue víctima de asaltos en la selva del Darién. De esa zona de Panamá, muy pocos salen contando la historia. Muchos han muerto en ese trayecto a manos de grupos indígenas, quienes los secuestran y asesinan cuando no reciben el dinero para liberarlos.
“Me lo quitaron todo. Gracias a Dios traigo a mis niños y eso les dio lástima y me dejaron seguir mi camino”, dijo Ana con voz entrecortada. La viajera también vive la dura situación que enfrentan miles de mujeres en el mundo. Le tocó ser madre soltera con padres irresponsables que nunca le han dado ningún tipo de ayuda a sus hijos. Por ello le ha tocado trabajar día y noche para llevar el sustento a su hogar. Sin embargo, los salarios en su país son miserables, dijo.
Ana comentó que en la frontera de Trojes, El Paraíso, oriente de Honduras, en las oficinas de migración le estaban cobrando 150 dólares (más de 3,000 lempiras) para obtener su salvoconducto. Ese documento les permite una estadía de cinco días en el país. Ana solo contaba con 10 dólares y tuvo que rogarles a los empleados de aquella zona que le hicieran el documento de forma gratuita.
En las fauces de la corrupción
Una reciente investigación del periódico digital Reporteros de Investigación, dirigido por Wendy Funes, dio a conocer las violaciones que sufren las personas en tránsito por el país. A esas actividades están ligados políticos del actual y el pasado gobierno, quienes mantienen disputas por el negocio extorsivo con personas en tránsito.
“Todos parecen querer monopolizar esta nueva explotación. Hay una confabulación fríamente calculada desde mandos intermedios de la administración pública para hacer dinero y el sistema de transporte parece ser el corazón de este negocio”, afirma la investigación.
Asimismo revela que una abogada ligada al Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT) sería la pieza clave como fundadora de una empresa exclusiva para trasladar migrantes. Lo confirmaron tres fuentes distintas del sector transporte consultadas en diferentes días y en un contexto variado con la venia del titular del IHTT, Rafael Barahona.
La abogada supuestamente subcontrata unidades del transporte y les cobra seis mil o siete mil dólares cada día. También tiene buses propios.
Según la investigación del medio antes mencionado, todos los pagos se hacen en efectivo sin dejar rastro. Solo esa persona puede hacer trámites de permiso para traslado de personas en tránsito por Honduras que entran por el oriente en la frontera con Nicaragua y recorren El Paraíso-Tatumbla-Copán (occidente), frontera con Guatemala.
El periódico investigativo adelantó que en su poder tienen audios de periodistas de la zona sur que están amedrentados por funcionarios en medio del conflicto centrado en el negocio de migrantes.
Es preciso señalar que por debido a la investigación realizada por su equipo, Reporteros de Investigación sufrió hackeo. Además, sus colaboradores reciben amenazas de personas mencionadas en la investigación que están coludidas con los grupos que extorsionan a migrantes.
El equipo de Reportar Sin Miedo solicitó entrevista con el director del Instituto Nacional de Migración, Allan Alvarenga. De manera escueta, el funcionario respondió con un audio que va de viaje y la entrevista podía realizarse al mediodía. Sin embargo, al cierre de esta nota, la petición de entrevistarlo no tuvo éxito.