Thirzia Galeas está presa desde el domingo 24 de mayo en el centro de detención de Stewart, en Atlanta, Estados Unidos, mejor conocido como la “jaula del miedo”. La reportera de investigación escapó de Honduras en busca de asilo, según su propia denuncia, tras ser perseguida y agredida por agentes de inteligencia de los gobiernos de Juan Orlando Hernández y Porfirio Lobo
Esta nota ha sido realizada en colaboración con Reporteros de Investigación y En Altavoz
Tegucigalpa, Honduras. Thirzia Galeas, periodista hondureña, realizaba un trabajo de investigación regional sobre los asesinatos de ambientalistas antes de huir de Honduras hacia Estados Unidos y solicitar asilo el 24 de mayo del 2021.
Esta pieza de investigación será publicada en las próximas horas por Reporteros de Investigación y otros medios de comunicación de Honduras y el extranjero.
Según Fabricio Galeas, su hermana de 35 años huyó de Honduras hace más de una semana. Thirzia, quien trabaja para C-Libre y el diario digital Conexihon.hn, además es investigadora sobre libertad de expresión, acceso a información pública, asesinatos de periodistas y comunicadores, especialmente en las áreas rurales, entre otros temas.

La periodista hondureña recibió su primera amenaza durante el gobierno del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014). Le sucedió algo parecido en la administración de Juan Orlando Hernández (2014-presente). Mientras hacía las coberturas de las manifestaciones, los gases lacrimógenos le produjeron problemas de salud.
Desde entonces ha tenido que tomar medicamentos por diferentes daños a la salud debido al uso excesivo de la fuerza empleada por las autoridades hondureñas. En el 2011 Thirzia denunció junto a otrxs periodistas al presidente Lobo por abuso de autoridad, tratos crueles y degradantes durante una protesta realizada el 13 de diciembre de ese mismo año.
C-Libre publicó en su sitio web que en el mes de diciembre de 2020, un hombre identificado como Lester Obando, quien se presentó supuestamente como fiscal del Ministerio Público (MP), la amenazó de muerte durante un evento cerrado, asegurándole que su cabeza tenía precio “por tener mucha información sobre la organización (C-Libre)”.
En el mes de noviembre de 2020, Galeas junto con otros colegas entregó ayuda a periodistas afectadxs por Eta y Iota.

Mientras repartían las ayudas humanitarias, un vehículo conducido por agentes del gobierno de Honduras les dio seguimiento a la periodista y a sus colegas.
Thirzia es becaria del IWMF y ha realizado sus denuncias a C-Libre y Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras (COFADEH)
En la “jaula del miedo” puedes morirte de COVID y a nadie le importa
Presas del temor. Así se sienten Thirzia Galeas y cientos de migrantes presxs en el centro Stewart. Tienen miedo del trato que les dan, de la horrible comida que les sirven, de la soledad, de contagiarse de COVID-19 y morir a miles de kilómetros de sus hogares.
El Centro de Stewart es conocido porque en él se cometen muchos abusos y negligencias, pero con la pandemia las cosas han empeorado, según un informe publicado a principios de mayo por la organización El Refugio.
El informe “Jaula de miedo: abuso y negligencia médica en el Centro de Detención de Stewart” se basa en acusaciones presentadas por detenidos y detenidas, quienes relatan cómo las autoridades han utilizado la COVID-19 para empeorar la situación médica y cometer más abusos contra lxs migrantes recluidxs.
En el caso de Thirzia Galeas, durante la semana que lleva detenida en Estados Unidos no le han dado las medicinas que necesita para controlar la hipertensión y otras enfermedades que padece. Debido a esta negligencia médica del centro, el estado de salud de la hondureña ha empeorado.
Por otro lado, Galeas también teme por su vida porque las autoridades de la prisión la tienen encerrada en un mismo espacio junto con 30 contagiadxs de COVID-19. No les ha importado que Galeas sea una paciente de riesgo que podría enfermarse gravemente si llegara a contagiarse de coronavirus.
Detenidxs que padecen enfermedades graves, como Galeas, “tienen que esperar semanas antes de recibir atención”, según el activista y director de El Refugio, Amílcar Valencia. Las autoridades utilizaron la pandemia para crear “una situación aún más traumatizante y aterradora” para lxs migrantes recluidxs en el centro, agregó Valencia.
El director de El Refugio denunció casos parecidos al de Galeas, como los de migrantes diabéticxs que han estado a punto de morir por negligencia médica y de detenidxs encerrados largas temporadas en solitario por padecer COVID o por sospechas de que la padecen.
Honduras, de los peores países para ejercer el periodismo
La organización mundial Reporteros sin Fronteras ubicó nuevamente a Honduras en su informe “Clasificación mundial de la libertad de prensa 2018” como uno de los peores países para el ejercicio del periodismo.
El estudio, que analiza las condiciones de la libertad de expresión, sitúa a Honduras en el lugar 141 de 180 países, cayendo un punto con respecto al año pasado, cuando estuvo en el 140.
C-Libre emitió un comunicado el 25 de mayo, Día del Periodista en Honduras, donde señala que, de acuerdo con la información recabada de marzo 2020 a abril de 2021, más de 800 trabajadores y trabajadoras de la comunicación fueron víctimas de suspensiones y despidos de sus empleos.
Al menos 500 sufrieron reducción de sus salarios y un total de 127 agresiones directas contra periodistas, incluida el asesinato de cuatro en medio del estado de excepción, formando parte de la violencia contextual por el coronavirus contra periodistas en el país.
Públicamente, más de 180 periodistas han oficializado su contagio por COVID-19 por medio de sus redes sociales.
Periodistas despedidos, agredidos y enfermos de COVID (marzo de 2020-abril de 2021)
Fuente: C-Libre
Además, en los talleres con las Redes de Alertas y Protección a Periodistas y Comunicadores Sociales (Rapcos), realizados por C-Libre en marzo y abril de 2020, así como en jornadas de solidaridad, entregando alimentos a periodistas afectados por las tormentas tropicales Eta y Iota en noviembre y diciembre de 2020, se conoció que en los departamentos de Cortés, Choluteca, Valle, El Paraíso, Copán, Lempira y Olancho, las cifras superan los mil periodistas contagiadxs por COVID-19.
En ese contexto, un total oficial de 23 periodistas han fallecido por COVID-19 en Honduras. De estxs, un 95% ha muerto en centros hospitalarios públicos, lo que significa que no gozaban de los beneficios de la seguridad social.
De igual manera, más del 50% de lxs fallecidxs y el 85% de lxs contagiadxs no están afiliados al Colegio de Periodistas de Honduras, donde se debe acreditar el título universitario y el pago de una mensualidad como parte de los requisitos para ser parte de dicha estructura gremial.