Movimientos feministas se manifestaron en contra del “pacto patriarcal” que busca “traicionar” a la presidenta Xiomara Castro
Por Luis Vallecillo
Tegucigalpa, Honduras. Un “gran pacto para derrotar a los traidores” pidieron organizaciones feministas y de la diversidad sexual en una marcha pacífica que el pasado 25 de enero se desplazó desde el barrio La Plazuela hasta el Congreso Nacional, en el centro de Tegucigalpa.

Las manifestantes reunidas para celebrar el Día de la Mujer llevaron pancartas en las que pidieron contrarrestar el “pacto patriarcal para traicionar a la presidenta” por medio de un acuerdo entre mujeres “para derrotar a los traidores”, en referencia a lxs 18 diputadxs que votaron a favor de la directiva paralela del Congreso encabezada por Jorge Cálix.
“El 25 de enero en Honduras festejamos la lucha sufragista por el derecho al voto. En 1924, Visitación Padilla, Graciela Amaya, Lucila Gamero, Graciela Bográn, Paca Navas de Miralda y otras defensoras de los derechos de las mujeres lograron el reconocimiento pleno de nuestros derechos políticos para ser identificadas como ciudadanas en la sociedad hondureña”, dijo la representante de la plataforma 25 de Noviembre, Ana Ruth García, quien, como las demás participantes, leyó su manifiesto por medio de un megáfono.
Las representantes de la Red Lésbica Cattrachas llevaron una pancarta en la que pidieron no sostener traidores ni involucrarse con ellos.
“No cojas, no comas con traidores” se leía en las camisetas que vistieron las integrantes de la red lésbica.

Por otro lado, la miembra de la Sociedad Civil del Movimiento Ciudadano Colmena, Juliette Handal, sostiene que este día tiene un gran significado, ya que es la primera vez que lo celebran mientras una mujer ocupa la presidencia de Honduras.
Tras 67 años de haberse decretado el sufragio femenino, la primera mujer presidenta en la historia del país, Xiomara Castro Sarmiento, ha defendido desde 2009 “la dignidad del pueblo, se ha enfrentado a las estructuras patriarcales de poder, la violencia machista y misógina de políticos y militares que gestaron el rompimiento del orden constitucional y del Estado de derecho”, afirmó Handal.

Castro tiene varios retos, agregó la miembra del Movimiento Colmena, que incluyen el tema de las mujeres y de los grupos vulnerables.
Una papa caliente
Iguales razones para celebrar mencionó la directora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), Bertha Oliva. Aseguró que la fecha es un doble acontecimiento, ya que marca la participación femenina y oficializa la presidencia de Xiomara Castro. “Es un gran mensaje de avance que da esperanza. Donde la mujer coloca el corazón y la mente se logran cambios”.

Sin embargo, Oliva acepta que Castro recibe “una papa caliente”, de difícil manejo, pero “tiene una gran ventaja: hay disposición de los movimientos sociales organizados y no organizados y de la comunidad”.
El reto, según Juliet Handal, es que, en la medida en que Castro administre el país, más hombres, mujeres, niñas y jóvenes “tendrán la esperanza de servir al país como funcionarios públicos”.

El reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres hondureñas permitió transgredir valores, mitos y estereotipos que limitan su participación en los espacios de poder y toma de decisiones para impulsar cambios sociales, culturales y políticos.
Handal pidió no politizar las demandas y resistencias de las mujeres en la defensa de los bienes comunes, medios de vida y servicios de salud, educación y justicia. Exigió respetar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas hondureñas y darles acceso a la toma de decisiones en los poderes del Estado.
A pesar de los avances en políticas públicas y leyes a favor de la equidad y la creación de la institucionalidad en la estructura administrativa del Estado, las mujeres hondureñas aún se enfrentan a múltiples discriminaciones que se agudizaron con la COVID-19 y los huracanes Eta y lota.

Para las manifestantes en la marcha pacífica, los principales obstáculos para la participación y empoderamiento de las mujeres con los modelos neoliberales, capitalistas y patriarcales que se han profundizado durante los 12 años de dictadura.
Otro mal que impide la realización plena de los derechos de las mujeres es la política extractivista de empresas nacionales y transnacionales, mineras e hidroeléctricas que despojan a los pueblos originarios de sus territorios y criminalizan y judicializan a las defensoras de los bienes comunes.