La comunidad afrocentroamericana garífuna del Bronx se reunió para celebrar la inauguración del centro cultural garífuna en Nueva York fundado en 2008 por la activista hondureña Mirtha Colón. “Esta es nuestra comunidad. Esto somos nosotros. Estos son los garífunas”, dijo Colón
Por Dashiell Allen
Fotos de Dashiell Allen
Nueva York, Estados Unidos. En la oscuridad de la tarde, desde la avenida de Southern Boulevard, tres globos marcan la entrada. Con los colores amarillo, blanco y negro forman la bandera garífuna. Desde la calle se escucha música tradicional de esa cultura centroamericana.
Dentro, miembros de la comunidad afrocentroamericana garífuna del Bronx, Nueva York, están comenzando a reunirse. Pegadas a la pared están las banderas de Honduras, Guatemala, San Vicente y las Granadinas, Belice, y una bandera LGBTIQ+.
Esta es la gran inauguración de Casa Yurumein, un centro cultural garífuna ubicado en el Bronx, que se llevó a cabo en la noche del sábado 25 de febrero.
La comunidad garífuna es originaria de las costas de Honduras, Guatemala y Belice, adonde fueron llevados por fuerzas británicas desde las islas caribeñas de San Vicente y las Granadinas. Habla un idioma distinto al español, que tiene su origen en la lengua arawak.

“Esta es nuestra comunidad. Esto somos nosotros. Estos son los garífunas”, dijo Mirtha Colón, la activista y originaria de Honduras quien fundó Casa Yurumein en 2008, tras años de trabajo en la Organización Negra Centroamericana.
Durante la pandemia de COVID-19, el centro perdió su espacio, que brindaba comida y eventos culturales para la comunidad garífuna más grande fuera de Centroamérica. Ahora, en un nuevo espacio, la comunidad está contenta de que pueda seguir preservando su cultura e idioma.

“La lucha es de todos ustedes”, sostuvo Colón. “La lucha es del pueblo garífuna. Este espacio es la casa de la comunidad garífuna en el Bronx”.
Además destacó que el pueblo garífuna tiene presencia en Nueva York desde su primera inmigración en el año 1930.
La comunidad garífuna de Nueva York también cuenta con “más de 20 patronatos liderando proyectos para nuestros países porque siempre no nos despegamos. También tenemos que ayudar a nuestros países”, afirmó Colón.
La celebración contó con la participación de cantantes conocidos, como Aurelio Martínez, de Honduras, y Paula Castillo, de Guatemala, además de oficiales electos de Nueva York.

Estaban representantes del consulado de Guatemala, pero en el evento faltó la presencia del consulado de Honduras, a pesar de la invitación extendida a Jessica Canahuati, la cónsul general en Nueva York.
Para Rosa Guzmán, originaria de Río Esteban, Honduras, Casa Yurumein significa “una oportunidad de que la comunidad garífuna sea notoria en este estado y en todo Estados Unidos [para que], aunque somos de otro país, no se tapen nuestras raíces”.

Cherly Thomas, quien hace 20 años emigró a Nueva York desde Cusuna, Honduras, compartió que está emocionada por tener un espacio propio.
“Hay una gran comunidad garífuna en el sur del Bronx y me parece el lugar ideal para tenerlo”, dijo. “Lo necesitábamos”.
“Estoy orgulloso de ver prosperar a mis compatriotas”, agregó. Comentó que “recientemente he visto muchos negocios y restaurantes garífunas”.

El famoso cantante Aurelio Martínez también habló con Reportar sin Miedo sobre la importancia de preservar su cultura.
“Para mí seguir defendiendo esta cultura… ha sido un proyecto de vida. Nací para ser músico, nací haciendo música garífuna y eso es lo que quiero hacer el resto de mi vida”, explicó.
“Creo que la cultura garífuna es parte esencial de la hondureñidad, debería ser declarada ya como un ritmo o una danza o una cultura representativa de todos los hondureños, no solamente de los garífunas”, afirmó Martínez.

“Yo creo que es importante que el gobierno se involucre, las instancias políticas se involucren, y que realmente pueda ponerla en el currículum educativo nacional para que esta cultura no desaparezca. La educación bilingüe multicultural en Honduras es urgente”.
También afirmó su oposición a las controversiales zonas de empleo y desarrollo económico (ZEDE).
“Estamos absolutamente en contra de cualquier intento de desplazamiento del pueblo garífuna que ha sido sistemático de gobierno a gobierno. Es importante que el pueblo garífuna siga permaneciendo en esta tradición”, dijo Martínez. “Y no a las ZEDE y no a la minería”.
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