El primero de mayo dejó más exigencias que en años anteriores. Ciudadanía pide educación de calidad, empleos, seguridad, hospitales dignos y mejor calidad de vida para las poblaciones vulnerables
Por Eva Galeas
Fotos de Eva Galeas, Kate Orellana, Kevin Contreras y Dunia Orellana
Tegucigalpa, Honduras. En el Día Internacional del Trabajador, las principales ciudades de Honduras sirvieron de epicentro para que la ciudadanía saliera a las calles sin distinción de raza, género o condición social. Las y los hondureños sacaron pancartas, pañuelos y manteles y aprovecharon para exigir mejores condiciones de vida.
Tegucigalpa y San Pedro Sula, ciudades que figuran como las más importantes del país, se pintaron de colores el 1 de mayo. Como una tradición que se realiza año con año, las y los obreros se pronunciaron en las calles, haciendo una serie de exigencias a quienes gobiernan el país cinco estrellas.


Por todos es conocido que el mandato de la presidenta Xiomara Castro ha estado empañado por las manifestaciones que semana tras semana cambian de lugar y de exigencias. Cada vez hay más reclamos y cuestionamientos que hacerles a las autoridades.
Honduras es uno de los países de la región con la canasta básica más costosa y el empleo menos remunerado. Esta situación se convierte en un calvario para quienes dejan sus hogares hasta por doce horas para llevar sustento a sus familiares.
Para el caso, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (Stibys), entre sus consignas en la marcha pacífica solicita al gobierno de Castro un “no a Ley de Empleo Parcial y no a la reforma del artículo No. 328 del Código del Trabajo”.

Dicho artículo hace énfasis en que los trabajadores permanentes que por disposición legal o acuerdo con los patronos laboren menos de 44 horas a la semana tienen derecho de percibir íntegro el salario correspondiente a la semana ordinaria diurna. Sin embargo, el sector empresarial en Honduras también ha sido catalogado como explotador y violador de los derechos de los y las trabajadoras.
Periodistas también marcharon
El 1 de mayo es una conmemoración del movimiento obrero mundial desde 1889. Ayer se cumplieron 134 años de celebrarlo. En la marcha no solo anduvieron grupos campesinos y obreros. También el gremio periodístico formó parte de los miles de hondureños que se reunieron en las calles de las principales ciudades del país.
La periodista independiente Deysi Reyes, de Radio Superior, conversó con Reportar Sin Miedo y exigió al gobierno hondureño apoyo con la publicidad. Asegura que como periodista independiente está pagando por un espacio que al final no es nada remunerado, tomando en cuenta que su salario no es una cantidad ajustada a sus gastos.
“Somos egresadas de la Escuela de Periodismo. Vemos situaciones difíciles entre el gremio periodístico”. Al mismo tiempo denunció que muchas personas se hacen pasar por periodistas y se dedican a delinquir con carnets falsos.
“Este primero de mayo exigimos más respeto para la prensa independiente. Bastante sudor y lágrimas nos ha costado esta profesión y queremos ejercerla de la manera más digna”, solicitó Reyes.
Honduras también ha sido un territorio hostil para el gremio periodístico. El reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señala que el Estado debe fijar su mirada en estos grupos vulnerables.
Desde el último informe de país de 2018, la Relatoría Especial documentó al menos 13 crímenes contra periodistas y trabajadores de medios de comunicación. Sin embargo, no han existido avances significativos en las investigaciones judiciales de esos casos.
Asimismo, el informe expone que durante la visita de la CIDH se reportaron amenazas, agresiones físicas, atentados armados y hostigamientos, sobre todo contra quienes cubren asuntos como corrupción, crimen organizado, seguridad ciudadana, migración, conflictos agrarios y mineros.
La impunidad en los crímenes contra periodistas y personas ligadas a la comunicación es escandalosamente alta. Hasta la fecha se estima que ronda el 90%. Reyes, por su parte, exigió al Estado hondureño y a los entes de investigación poner mayor énfasis en cada uno de los casos para que disminuyan los niveles de impunidad.

“Ya no queremos ver más periodistas asesinados o desaparecidos. Nunca dicen el motivo o causa de muerte. Exigimos cero violencia en nuestro país. Señora Xiomara Castro, queremos mayor seguridad para ejercer nuestra profesión”, solicitó Reyes con semblante cansado bajo un cálido sol que irradia sobre los rostros de los manifestantes.
Banderas moradas y pañuelos verdes
A la marcha del 1 de mayo, como se le conoce popularmente, tampoco faltaron las que más exigen y joroban a quienes gobiernan este país centroamericano. Las banderas de color morado y los rostros con pañuelos verdes se veían llegar a lo lejos.
Eran los grupos de mujeres organizadas que no se rinden, no se van ni desmayan. Era la incansable defensora de las mujeres, jóvenes y niñas, Merly Eguigure, quien se pierde entre las multitudes y lleva la bandera que flamea con orgullo y poder.
Portando su camisa con todo el empoderamiento femenino, la coordinadora del Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla conversó con este medio y exigió mayor seguridad y respeto para la vida de las mujeres.
El gobierno de Castro se comprometió a proteger la vida de este grupo que no hay día que no sea azotado por la violencia generalizada. Sin embargo, hay quienes aseguran que las palabras de Castro se quedaron nada más en un discurso.
Eguigure, por su parte, solicitó a todas las mujeres trabajadoras del país organizarse, exigir y reclamar sus derechos porque los derechos que no se reclaman son derechos que se pierden.

“Como mujeres tenemos un derecho fundamental a vivir una vida libre de violencia, aunque las organizaciones de trabajadores casi nunca hacen visible este tema, de manera particular para las mujeres”, subrayó.
Además, mencionó que las mujeres vienen demandado hace tiempo estar en el céntrelo de una política integral para evitar la oleada de feminicidios que deja mal parado al gobierno de Castro.
La defensora reveló que, sólo de enero a la fecha, Honduras ha registrado 110 mujeres asesinadas de manera violenta. Estos casos van acompañados de la impunidad que impera en el país.