Es lamentable estigmatizar o usar eufemismos como “ideología de género” para callar cualquier representación positiva de la diversidad sexual o incluso su mera existencia
Por Tedy Baca
Tegucigalpa, Honduras. Parte de mi activismo por la igualdad de derechos en relación con la población LGTBIQ radica en educar a las personas en temas concernientes a la orientación sexual e identidad de género.
Desgraciadamente no poseo medios masivos para ampliar estos procesos y en Honduras existe una hipocresía en donde se pide no hablar de diversidad sexual en las escuelas y colegios a menos que sea en forma negativa, más aún, se pide hablar de la biblia, ignorando lo que significa Estado laico.
No quiero pretender decirle cómo criar o no a sus hijos, sobrinos o nietos, sé que existen limitaciones económicas y sociales para poder llegar a una crianza óptima y nuestra cultura exige tanto pero no siempre provee de herramientas saludables para hacerlo.
Resulta lamentable que compañeros psicólogos nacionales e internacionales realicen eventos que estigmatizan o usan eufemismos como “ideología de género” para callar cualquier representación positiva de la diversidad sexual o incluso la mera existencia de la misma, tal es el caso de Paolo Pellegrino, un psicoterapeuta ultraconservador de Italia, que desarrolló una disertación anticientífica contra la homosexualidad, bisexualidad y la identidad de género a padres de familia en la Universidad Tecnológica de Honduras. Desconozco cómo llegó a tener autorización de hacerlo y si el Colegio de Psicólogos (máxima autoridad de regulación de la carrera de psicología del país) estuvo al tanto de esto.
Esta carta la dirijo a padres, madres y cualquier otra persona que tenga dudas sobre la población LGTBIQ o que de plano tengan a su cuidado a alguien así:
Querido señor o señora:
No quiero pretender decirle cómo criar o no a sus hijos, sobrinos o nietos, sé que existen limitaciones económicas y sociales para poder llegar a una crianza óptima y nuestra cultura exige tanto pero no siempre provee de herramientas saludables para hacerlo.
Sin embargo, al ser un psicólogo que conoce de primera mano temas tan complejos como la sexualidad, que a menudo son tabú, me gustaría poder dar algunas orientaciones sobre lo que es la orientación sexual e identidad de género y la importancia de reconocerlas y respetarlas en el desarrollo de quienes cuidan.
La población LGTBIQ significa:
L: lesbianas, mujeres que sienten atracción por mujeres.
G: gays, hombres que sienten atracción por hombres.
T: personas trans, quienes no se identifican con el género que se les asignó al nacer. Una mujer trans, por ejemplo, nace con el género asignado “varón”, pero su identidad es de mujer y viceversa con hombres trans, las personas no binarias no se identifican como hombres ni como mujeres.
B: bisexuales, personas (hombres, mujeres o no binarias) que sienten atracción hacia varios géneros o sexos.
I: intersexuales, personas que nacen con genitales y/o cromosomas sexuales que suelen adjudicarse tanto a mujeres como hombres.
Q: queers, personas que no encajan en las terminologías anteriores, pero que no entran en la heterosexualidad, la heterosexualidad es la atracción hacia el género opuesto, un hombre atraído por mujeres y una mujer atraída por hombres son heterosexuales.
La orientación sexual (quiénes nos gustan) y la identidad de género (cómo nos identificamos) son términos separados; por ejemplo, un hombre gay o bisexual es igual de hombre que uno heterosexual, ya que los gustos no condicionan su género, en cambio las mujeres trans no son hombres, ya que su identidad es otra.
Ambas cosas no se eligen, a menudo uno descubre su orientación sexual e identidad de género a edades tempranas, otros lo hacen hasta la adultez debido al miedo, estigma o falta de autoconocimiento, no es contagioso ser LGTBIQ y más importante aún, NO es una enfermedad ni un trastorno.
El rechazo de familiares a personas LGBTIQ causa estragos como drogadicción o suicidio, el acoso escolar por motivos de odio existe, por eso es tan importante que se hable del tema y se pida respeto e inclusión.
Un trastorno o enfermedad se caracteriza por el sufrimiento o inadaptación social que induzca en la persona que lo padece. La orientación sexual y la identidad de género no causan eso, quienes sí lo causan son la discriminación y el estigma que se reciben en una sociedad conservadora por el simple hecho de no ser heterosexual.
Durante algún tiempo había mitos sobre estos temas que, aunque ya fueron desmentidos, todavía hay quienes creen en ellos por sus prejuicios y hasta los venden como verdades absolutas, tachando de ideología de género a la diversidad sexual y su libertad de expresión.
Es un tema extenso, pero lo que sí debo pedirles es mayor apertura a él, la salud mental se construye primariamente en el hogar, el rechazo de familiares a personas LGTBIQ suele causar estragos como drogadicción o suicidio, el acoso escolar por motivos de odio existe, por eso es tan importante que se hable del tema y se pida respeto e inclusión.
La diversidad sexual es tan antigua como la humanidad misma, es natural y más de 250 especies la evidencian en su patrón de conductas.
Pienso que hay cosas que son morales como la honestidad, la transparencia, la solidaridad y el respeto, pero la diversidad no es buena ni mala, es parte de nuestra existencia.
Todavía se desconoce con precisión cómo llegamos a tener un gusto o identidad determinada, hay tantos factores biológicos y ambientales (la crianza no tiene nada que ver), pero nadie escoge cómo ser ni mucho menos puede modificarse.
Me preocupa el daño que están ocasionando personas que exigen callar a la diversidad sexual para “proteger menores” como si de una amenaza se tratase, pero no es una amenaza y las infancias LGTBIQ existen.
En estos momentos hay personas luchando por sobrevivir en un mundo donde se persigue el hecho de ser diferentes, marquemos la pauta para cambiar esa realidad desde cosas pequeñas, como reconocernos como iguales y dejar de juzgar a personas por su color de piel, cultura, orientación sexual e identidad de género.

El silencio ante la crueldad y el aplauso de la censura jamás ha beneficiado a nadie más que quienes quieren mantener todo igual.
Incluso si mi carta no cambia alguna postura sobre la homosexualidad o la identidad de género, se debe llegar mínimamente a la conclusión de que nadie merece marginamiento y odio solo por ser distinto.
Abracen a sus hijos, sobrinos y nietos LGTBIQ y escúchenlos con todo el amor posible, la autoestima y la confianza se desmoronan cuando no existe amor incondicional en el hogar.
Preocuparse por la salud mental de quienes amamos importa más que lo que otras personas opinen, los miedos y prejuicios no deben paralizarnos y herir con la excusa de evangelizar o querer tener la razón.
Les deseo lo mejor y espero haber podido ayudar en la comprensión sobre la diversidad.
Me despido, un abrazo.

Teddy Baca, psicólogo con enfoque de género y diversidad sexual. Nació el 30 junio de 1995, autor de “El continuum masculino”, “Estaré bi en a tu lado” y “El diario de Oliver Ramos” entre otras obras, columnista voluntario, poeta aficionado y novelista juvenil.