en más de diez meses de trabajo, La organización mexicana ha ofrecido refugio a 105 desplazados por la violencia y la pobreza

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Por Julio Cárcamo
Preparas las cosas para emprender tu viaje. Llevas solo una mochila con algo de ropa y poco más. No es un viaje común. No vas de turista. De hecho, vas con miedo. No sabes qué puede pasarte. Tu travesía es larga y peligrosa y no sabes si vas a regresar. Te despides de tu familia y amigos. Pero no te vas porque quieres pasarla bien en el extranjero. Haces un viaje sin papeles porque no aguantas la violencia y la pobreza en tu país de origen, porque buscas mejores oportunidades para ti y los tuyos.
Esta es la situación de miles de migrantes. Desde la primera gran caravana del 2021 que partió de Honduras en octubre de 2018, familias enteras, adolescentes, niños y niñas, hombres, mujeres, gays, lesbianas y personas no binarias emprenden esta travesía sin saber los riesgos que corren.
Lxs migrantes, en especial lxs miembrxs de la comunidad LGBTIQ+, se exponen a diario a muchos peligros: secuestros, desapariciones, agresiones físicas y sexuales, tráfico y ejecución, violaciones a los derechos humanos y aporofobia.

Por suerte, hay organizaciones de sociedad civil que asisten y atienden la salud integral de las personas migrantes más vulnerables. No solamente atienden sus necesidades básicas, sino también su salud mental, que en la pandemia ha sido un tema de gran relevancia.
Una de esas instituciones de ayuda es el Refugio Casa Frida. Esta organización con sede en Ciudad de México es una casa hogar para ciudadanos con orientación sexual o identidad de género que se convierte en un refugio para migrantes miembros de la comunidad.
Raúl Caporal, codirector de Refugio Casa Frida, habla para Reportar sin Miedo sobre esta iniciativa de apoyo a los migrantes.
Entrevista con Raúl Caporal

¿Qué es Refugio Casa Frida?
Casa Frida nace como un refugio para miembros de la comunidad LGBTI expulsados de sus casas que no tienen posibilidad de pagar la renta por su orientación sexual o identidad de género.
Es un proyecto de vida con estrategias que permitan la reintegración socioeconómica de los usuarios. Da asistencia y cubre las necesidades básicas en atención de salud integral.
Casa Frida ha refugiado a 105 personas durante más de diez meses de operaciones, 67 personas egresadas, 18 personas residentes en el refugio. Un total de casi diez personas migrantes, principalmente hombres gays, personas no binarias y mujeres transexuales dentro del rango de edades de 18-25 años.
Durante la pandemia, en junio del año pasado llegó la primera persona procedente de Honduras que solicitó servicios en Casa Frida. En un principio se creyó que sería un caso aislado. Debido a las medidas de contingencia, la permanencia de esta persona se volvió más larga para continuar su trayecto a Estados Unidos y su trámite de asilo.
¿Cuáles han sido sus experiencias y aprendizajes?
Esa primera experiencia trae la necesidad de alfabetizarnos. Nos hizo acercarnos a otras plataformas políticas como ACNUR para capacitarse y profesionalizarse en la atención de las necesidades de la población.
Hemos detectado una gran brecha de atención de las autoridades migratorias para personas de Centroamérica y el Caribe inglés. Parece que hay más barreras. Un tema de aporofobia.
Los retos son técnicos y sistemáticos, de mecanismos y procesos para los refugiados, en qué momento se puede contar con la asistencia de ACNUR, ya que no se puede intervenir si la persona no establece que desea ser un refugiado ante las autoridades mexicanas. No hay un manual que diga cómo proceder como una organización de la sociedad civil.
De otras partes del mundo hemos quedado expuestos como organización. Se corrió la voz. Casa Frida se ha vuelto un refugio para los migrantes miembros de la comunidad LGBTIQ+. Hay más refugios y albergues, pero no enfocados en diversidad sexual.
Los migrantes de Centroamérica son en su mayor parte de El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica. Por último, son de Argentina.
Raúl Caporal
Háblenos un poco de los casos hondureños actuales de migrantes en Casa Frida.
Hay dos casos que se están llevando actualmente. El primero es una familia lesboparental hondureña. Son dos mujeres de treinta a cuarenta años con dos hijos adolescentes de 14 a 17 años, quienes están en mayor exposición por su configuración familiar.
Según las autoridades migratorias, su trámite puede demorar de seis meses a un año. Mientras tanto viven casi en situación de calle y sus hijos sufren amenazas de asesinato, secuestro y violación.

¿Qué hacen las autoridades al respecto?
No están sensibilizadas, ya que no reconocen la salud mental como un motivo para el refugiado.
Casa Frida mandó una carta a COMAR para solicitar que esta familia se traslade de Tamaulipas a Ciudad de México, continúe sus trámites migratorios y asista su salud mental, pero la respuesta de las autoridades fue negativa.
Actualmente se encuentran en Chiapas y cuentan ya con la activación de sus tarjetas de alimentos por parte de ACNUR.
Háblenos del otro caso hondureño.
Christian originario de San Pedro Sula, llegó a México a finales del año pasado cruzando por la frontera entre Tabasco y Guatemala. Pasó 17 días arriba de La Bestia, el tren de carga en que se transportan los migrantes.
Escapó de amenazas de muerte de pandillas hondureñas. Fue acosado y hostigado por su orientación sexual. Se encuentra ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) como refugiado tras su segundo intento de llegar a Estados Unidos al haber sido deportado la primera vez a Honduras.
¿Cuáles son los desafíos que una persona migrante enfrenta al cruzar en México?

Hoy es muy difícil acompañar a las personas LGTBIQ+ que migran en la frontera sur del país. Puedan llegar a CDMX para asistir y dar servicios integrales, alojamiento y asistencia legal correspondiente. Pueden sufrir hostigamiento, violencia, abusos, corrupción y asaltos durante la migración.
Hay casos satisfactorios, como el de Roberto, de El Salvador, quien ya tiene permiso de trabajo y disfruta de los servicios de salud. Ya puede hacer actividades remuneradas y muy pronto obtendrá su residencia.
El primer paso para emigrar es tener un caso bien documentado. Comprobar realmente que han sido víctimas de crímenes de odio y violaciones de sus derechos humanos.
Un vacío legal en la constitución de México es que no considera a las personas miembros de la comunidad LGTBIQ+ como candidatos a solicitar asilo político.
El Estado no considera que la persecución por orientación sexual y/o identidad de género es una razón para solicitar asilo, pero sí refugio.
El derecho de asilo y refugio determina que los Estados deben garantizar protección, amparo y asistencia a quienes han huido de su país de origen por diversas razones, generalmente relacionadas con la violación de uno o varios de sus derechos fundamentales.
México ha suscrito tratados internacionales de protección de la comunidad LGBT. En caso de no tener la capacidad, se pueden comunicar con Casa Frida por cualquier tipo de consultas.