Daniela Aguilar, vocalista principal del grupo, nos cuenta cómo este se popularizó durante la pandemia y revela la genialidad detrás de su lírica y sonido
Por María Aguilar
San Pedro Sula. “Una afinidad paradójica por el pasado, una intriga por sonidos futurísticos y un sentimiento colectivo de anhelo y melancolía es lo que secretamente ha preparado a cada miembro de Atomic Rose a través de sus vidas para el momento de su colisión”. Así se presenta la banda indie hondureña ante el mundo en su cuenta oficial de Spotify.
Atomic Rose es un grupo originario de Tegucigalpa, conformado por Daniel Frañó (productor y guitarrista), Gabriel Fléfil (bajista), Iván Zaldivar (vocalista), Eduardo Moreno (baterista) y Daniela Aguilar (vocalista principal). Creada en 2019, la banda saltó a la popularidad con el lanzamiento de su EP Afterparty Blues en febrero del 2020.
Desde sus inicios hasta el estreno de su más reciente single, “Feelings”, el pasado 4 de junio, Atomic Rose está reinventando la escena musical en Honduras con su estilo dream pop y gracias a la influencia de artistas de diversos géneros musicales y eras.
“Desde chiquitos ya traíamos ese gen musical”, explica Daniela. “Todos individualmente teníamos este sueño y, sin habernos conocido, el destino se encargó de encontrarnos”. Los chicos habían formado otra banda llamada Red Rockets en 2018, pero ya estaba escrito en las estrellas que Daniela, amiga de Eduardo, conociera al resto del grupo y, juntos, comenzaran a experimentar con nuevas canciones.
Según Daniela, el proyecto no inició oficialmente como una banda. “Ellos eran una banda, yo era su fan, pero después me convertí en su compañera”, dijo Daniela. “Hicimos unas cuantas canciones para ver qué salía, y resulta que tenían fuerza las canciones y podíamos hacer algo con ellas”. De esa forma nació el grupo Capitalino y su música explotó como bomba atómica.
La banda, lejos de identificarse con un solo género musical, es una combinación de indie y dream pop con un toque de rock alternativo. Tal como su lírica y sonido, el nombre Atomic Rose representa la fusión entre lo poderoso y catastrófico con la delicadeza de una rosa. “Es como nuestro sonido fuerte con nuestras letras vulnerables”, añadió Daniela.
Después de presenciar el éxito de su música en redes sociales -alrededor de 3,000 oyentes mensuales en Spotify-, la banda firmó con una discografía de México. Sin embargo, para los miembros de Atomic Rose, la producción musical no se siente como un trabajo. “Ahora lanzamos música cada dos meses y todas las semanas mandamos ideas por nuestro grupo en WhatsApp”, explicó. “Se empieza con un pedacito, cada quien agrega su parte y, te lo juro, a veces se siente que se va haciendo sola la canción”.
Daniel Frañó, guitarrista de la banda, también se encarga de mezclar la música y los instrumentos mientras que todos se encargan de componer sus canciones. Balanceando sus trabajos y estudios con sus proyectos musicales, para los miembros del grupo, no todo es color “rosa”. Y para Daniela, como la única mujer del grupo, otros retos surgen.
“Al inicio, como me lancé a trabajar con ellos sin conocerlos, me sentía intimidada. Era como, ‘Ay, ellos son los Red Rockets, qué pena’, pero de verdad se siente que el destino nos unió porque somos muy compatibles todos”, dijo. “Al mismo tiempo, somos muy distintos todos y yo, como mujer, la música que estaban haciendo ellos era más crítica. De alguna forma, la energía femenina que traje es más sentimental”.
Daniela también reveló que, aunque se manifiesten desacuerdos entre los miembros, todos aprenden de cada uno. A través de su música, interpretada en inglés, desean comunicar la importancia de ser unx mismx y de expresar sus emociones. Debido a que su inspiración musical se origina de bandas anglosajonas, se les facilita componer canciones en inglés. “Nunca se me ha venido una melodía en español porque no es la música que escucho”, explicó Daniela. “Escribir en español es muy difícil, ya que es una lengua muy romántica y es complicado hacer sonar coherente en español algo escrito en inglés”.
No obstante, el mensaje de sus canciones trasciende idiomas. Más allá de la fama, la banda desea transmitir su autenticidad. “Nosotros no hacemos música para complacer a nadie. Hacemos la música que sale de nuestro corazón, el estilo que queremos usar”, dijo Daniela. “Eso es lo más importante porque muchos artistas tristemente se dejan llevar por lo que la gente piensa y al final se pierde lo bonito del arte, o sea, la experiencia del artista”.
Contra todo pronóstico, y en medio de la pandemia COVID-19, Atomic Rose se ha posicionado en la industria musical latinoamericana como una banda que redefine el sonido hondureño. Aunque Atomic Rose no ha tenido la oportunidad de tocar en vivo todavía, el grupo mira hacia al futuro con esperanza de presentarse pronto ante sus fanàticos. “Como dicen, este es un negocio de pandemia”, se ríe. “Estamos viendo cómo y dónde empezar a tocar en vivo por primera vez pronto”.
La genialidad detrás de Atomic Rose en la música es la habilidad de disfrutar el proceso, de conectar personalmente con su lírica y de presentar un mensaje con el que se puede identificar su audiencia. Y, segùn Daniela, la magia está en manifestar al mundo tus sueños y trabajar en ellos. “Nos falta mucho por crecer y por aprender”, dijo. “Pero el hecho de que lo estamos haciendo es lo más importante”.
El futuro se ve radiante para los miembros de Atomic Rose y, si hay algo seguro, es que este es sólo el comienzo para los talentosos músicos hondureños.